Un viaje por Stranger Things y Dragones & Mazmorras para entender por qué imaginar juntos sigue siendo una forma de estar a salvo.
Vecna ha sido un antagonista legendario desde las primeras ediciones del juego de rol más famoso del mundo y en la cultura pop reciente, su presencia ha resurgido con la cuarta temporada de Stranger Things, lo que atrajo a nuevos públicos hacia esta leyenda oscura.
Cuando piensas en este antagonista, puede que la primera imagen que te venga a la mente sea la de Jamie Campbell Bower con mirada amable, el paciente Peter Ballard del hospital. Pero en la cuarta temporada de Stranger Things, esa apariencia se quiebra: tras ella se oculta un monstruo ancestral. Los hermanos Duffer presentaron a Vecna como Henry Creel, un niño con telequinesis que se convierte en la pesadilla de Hawkins. En la serie, Vecna es el gobernante oscuro del Upside Down que mueve los hilos de los horrores anteriores de la historia, un trasfondo que los fans de D&D ya reconocen. Tanto es así que los creadores confirmaron que, aunque lo reinventaron para la serie, su nombre y esencia están basados en el personaje del mismo nombre de Dungeons & Dragons.
En realidad la leyenda de Vecna viene de antes, de los libros de Wizards Of The Coast. Allí se le describe como un mago de Greyhawk, un mortal que desafiaba la muerte, cuya leyenda abarca décadas. Con los años, los susurros cuentan que Vecna fue capaz de convencer a su madre, la hechicera Mazzel, y absorber los misterios más oscuros hasta llegar a ser un poderoso mago que tras morir, resucitó como un no-muerto implacable, un liche. Desafiado por su propio lugarteniente Kas, perdió la mano y el ojo izquierdos, estos detalles son los que alimentan las leyendas. Esos miembros mutilados sobrevivieron y se convirtieron en los artefactos malditos: la Mano de Vecna y el Ojo de Vecna, así casi con entidad propia. Al final, Vecna es uno de los mayores villanos de Dungeons & Dragons, incluso se le llama Señor de los Secretos porque cree firmemente que ocultar y revelar secretos es la fuente del verdadero poder, y así lo demuestra tanto en la serie como en el juego.
Esa historia de rol de mesa calaba entre los jugadores, pero ahora vive también en la pantalla. En Stranger Things, Vecna retoma su papel de horror definitivo. La serie lo diseña no sólo como un enemigo, sino casi como un dios malévolo: sus víctimas viven terrores psíquicos antes de morir torturados. Los creadores dijeron inspirarse en iconos del horror como Freddy Krueger o Pennywise para darle ese aire terrorífico. Y funciona: como un espejismo del mal, Vecna se ha convertido en símbolo de oscuridad tanto para quien lo descubre en Netflix como para quien lo enfrenta en la mesa con su grupo.
Para quien ve la serie, Vecna es escalofriante. Después de horas de conocer a un niño amable, de repente la pantalla nos muestra su forma verdadera, demacrada y grotesca, hundida en un Upside Down tenebroso. Verlo acechar a los personajes con visiones de sus peores miedos te mantiene en ascuas. Quienes vean la serie y jueguen al rol sentirán un escalofrío cómplice: saben que tras ese nombre hay un villano de leyenda.
Para quien juega a Dungeons & Dragons, Vecna en Stranger Things es un guiño emocionante. Implica que esa mitología antigua toma vida fuera de los dados. En tu próxima partida enfrentar a Vecna ya no es sólo leer estadísticas en un manual; es sentir el eco de la serie. El terror toma más fuerza cuando sabemos que es capaz de quebrar voluntades incluso en pantalla. Así, cada vez que lances los dados contra una criatura despiadada, ese nombre –Vecna– puede hacerte imaginar la hoguera del Upside Down o un ojo misterioso observándote desde la penumbra.
En ambos mundos, Vecna se ha vuelto un referente del miedo. Ya sea a través de la pantalla con efectos espectaculares o en la mesa con la imaginación de los jugadores, su historia nos acerca al horror ancestral. Este “Señor de los Secretos” sigue susurrándonos al oído que incluso los mitos más antiguos pueden renacer en cualquier esquina, ya sea en Hawkins o en cualquier calabozo donde lancemos dados.
¿Y tú?
¿Recuerdas la primera vez que tiraste un dado o imaginaste algo junto a otros? ¿Jugabas de niño? ¿Has vuelto a hacerlo?
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